sábado, 28 de noviembre de 2015

Grandes Bailarines: Viengsay Valdés

¡Buenas tardes!

Este fin de semana os traigo una nueva entrada de "Grandes Bailarines", esta última dedicada a la actual primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba: Viengsay Valdés.

Viengsay nació en La Habana en en año 1976. Con 6 años, comenzó a practicar la gimnasia artística y, con 9, empezó a estudiar ballet en la Escuela Elemental de Ballet "Alejo Carpentier"; ya en su época estudiantil consiguió importantes distinciones, como la medalla de oro en el Festival de Danza de Vignale (Italia) en el año 93, o el Gran Prix de Ballet en el Concurso Juvenil de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas en Cuba). En julio del 94, se graduó con título de oro en la Escuela Nacional de Arte y, ese mismo año, Alicia Alonso la invitó a unirse al Ballet Nacional donde, con solo 18 años, actuó como bailarina principal. En 2001 fue nombrada Primera Bailarina, y en el 2003, la directora la nombró Prima Ballerina, el rango más alto dentro del ballet cubano.
Ha obtenido importantes distinciones tanto dentro como fuera de Cuba, y ha sido estrella invitada de importantes ballets como el Ballet de Dinamarca, el Mariinsky, o el Washington Ballet, entre otros. En el año 2010, la revista Dance Europa la situó en el cuarto lugar en la lista de los 100 mejores bailarines del mundo, y en el 2011, la revista Dance Magazine  dice que la pareja formada por Valdés y Vasiliev es "la más inspiradora del año", por su interpretación del pas de deux de Don Quijote en la YAGP. 

Cuando entró al Ballet, tuvo muchas críticas (y envidias) de miembros de la compañía, pues era bajita, no tenía una línea especialmente llamativa (no tiene mucho empeine, ni mucha hiperextensión...), y era muy joven; sin embargo fue más que capaz de acabar con todas esas críticas bailando. He tenido la suerte de verla en algunas ocasiones, y solo puedo decir una palabra: impresionante. La última vez que la he visto, ha sido este año en El Lago de los Cisnes, y todos salimos del teatro con la boca abierta. Habrá quien piense que, con casi 40 años, ya es un poco mayor para seguir bailando, pero no podían estar más equivocados. La cubana es toda una estrella: los saltos son impresionantes, los giros imposibles (es una auténtica peonza), y aguanta los equilibrios sin tambalearse; todo esto lo hace sin vacilar lo más mínimo: rebosa confianza. Además, es capaz de transmitir la esencia de cada personaje (la delicadeza del cisne blanco, y la maldad del cisne negro), es toda una actriz, y estoy deseando volver a verla, porque, repito, es impresionante. 



Variación y 32 Fouettés del Cisne Negro

Fuentes: Ballet CubaWikipedia